Nariño conmemorará a las víctimas de desaparición forzada, “personas desaparecidas, una tragedia invisible” .
La Gobernación de Nariño, a través de la Oficina de Derechos Humanos, conmemorará a las víctimas de desaparición forzada en el país, con una semana de reflexión, visibilización y memoria, que inicia el lunes 26 y se extiende hasta el próximo 30 de mayo, con el apoyo de las instituciones que conforman la Mesa Departamental de trabajo para la prevención, asistencia y atención a víctimas de la desaparición.
La Mesa Departamental de trabajo para la Prevención, Asistencia y Atención a víctimas de la Desaparición invita a participar en los eventos que se realizarán dicha semana:
Ceremonia religiosa en conmemoración a la semana de los Desaparecidos, que se llevará a cabo el Viernes 30 de Mayo a las 10 de mañana, en la Iglesia de la Catedral (Carrera 26 No. 17 – 23) y a las 11 de la mañana, Concierto de la Banda Departamental en la Plazoleta Iglesia de la Catedral.
Para avanzar en la búsqueda de estrategias para la prevención del delito de desaparición forzada, la Mesa Departamental entre otras acciones, prioriza en esta semana, un llamado a las autoridades y a la ciudadanía en general para erradicar por completo el mito de la espera de las 72 horas para poner en conocimiento una desaparición.
Para reportar una persona desaparecida no se debe esperar 24, 48 o 72 horas. Cuando se presuma la desaparición de una persona, considerando que no es habitual que no reporte su ubicación, se debe iniciar la búsqueda inmediata e informar en primera instancia, a las oficinas de la Unidad de Reacción Inmediata -URI-de la Fiscalía General de la Nación o a la Policía Judicial (CTI – SIJIN) quienes realizan la búsqueda integral de la persona desaparecida. Otras entidades en las que también podrá ser atendido son: Procuraduría General de la Nación, Defensoría del Pueblo, Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses y Personerías Municipales quienes remitirán el caso a la Policía Judicial.
Una búsqueda rápida, oportuna, inmediata y coordinada por todos los estamentos es la mejor estrategia para ubicar, localizar y/o rescatar a la víctima de este flagelo.
Igualmente, la Mesa desea recordar que existen normas fundamentales del Derecho Internacional Humanitario y del Derecho Internacional de los Derechos Humanos cuyo objetivo es contribuir a impedir la desaparición de personas en situaciones de conflicto armado o de otras situaciones de violencia. Respetar los principios del derecho internacional equivale a respetar la integridad y la dignidad de todos los seres humanos, incluidas las personas fallecidas.
La desaparición de una persona es una tragedia no sólo para la persona que desaparece, lo es también para sus familiares y para la comunidad, pues quedan sumidos en el desconsuelo e incertidumbre, desconocer si están vivos o muertos y si se sospecha que están muertos, preguntarse una y otra vez si han sufrido o no, mantener la esperanza de que algún día regresen y la lista de preguntas sin respuesta que invade el pensamiento de los familiares es casi infinita.
“yo no pierdo la esperanza que mi hijo vuelva, que regrese porque aquí hay dos hijos, una esposa y una madre que lo esperan, la niña dice que ya se cansó de esperar al papá, que ella ya está cansada, porque ella si lo esperó, a ella se le borro la sonrisa que ella tenía…” Afirma Imelda Jojoa madre de una persona cuyo paradero se desconoce desde el 12 de octubre de 2005.
La desaparición de personas es un fenómeno invisible, del que poco sabemos y del que poco queremos saber; nos cuesta entender el drama que viven los familiares de los desaparecidos; pensamos erróneamente que es una situación de la que estamos exentos; un problema exclusivo de las comunidades rurales o de personas que se han visto envueltas en contextos de violencia armada y es así como la solidaridad hacia las víctimas y sus allegados no germina.
Los familiares de una persona dada por desaparecida suelen sentirse irremediablemente solos, y no exclusivamente por la ausencia del ser querido sino también por causa de latan habitual indolencia; y es que el apoyo moral, acompañamiento y solidaridad que la sociedad civil brinde a las víctimas pueden hacer la diferencia; ella, la sociedad civil es la fuente de esperanza y optimismo para reconstruir la vida y seguir adelante.
Por su parte, el Estado a través de sus instituciones tiene el deber de prevenir las desapariciones, averiguar lo ocurrido a las personas dadas por desaparecidas, administrar las informaciones y las investigaciones relativas a las personas desaparecidas, tratar digna y técnicamente los restos humanos y apoyar a las familias de las personas cuyo paradero se desconoce.
Para más información: Mario Miguel Fajardo, Secretaría Técnica de la Mesa. Tel. 315 591 87 33